Thoughts on marriage

Sigue una versión en español:


Today, more than ever, marriage is under attack. As a Christian, it is obvious to me that weak marriages make weak families and ultimately, weak societies that not only lose a proper perspective of life, but this bad perspective becomes generational.

This week, however, as we are evaluating our first months of kindergarten and as we made our final decisions on hiring our first teachers and principal, I was reminded of another reason why it's important to have strong marriages - to accomplish our purposes in the kingdom.

I am very aware of what I think God has called me to do, especially in this new phase of our lives and ministry in Nueva Guinea, but I am continually aware of my shortcomings and how we need the giftings of other people. In this gifting mix, my wife stands out as the exact gift God has given to me and the ministry. She never ceases to amaze me with insights and plain old hard work and persistence. We see how if our marriage is strong, not only are we blessed, but the kingdom work advances. When our marriage is weak, we may survive, but the kingdom work does not thrive.

A short exhortation to all you husbands and wives. Go ahead and live, discuss, disagree, but go forward respecting the gift that God has given you, not only for your benefit ant that of your children, but for the kingdom. May God richly bless you in all ways.



Hoy día, más que nunca, el matrimonio está siendo atacado. Como cristiano, a mi me es obvio que un matrimonio débil produce una familia débil y a fin de cuentas, una sociedad débil que no solamente pierde la perspectiva de Dios, pero llega a ser algo generacional que se pasa de una generación a otra.

Esta semana, pues que tuvimos que evaluar los primeros meses del pre-escolar y tomar las decisiones sobre los maestros y director que vamos a contratar, Dios me recordó de otra razón por la cual el matrimonio fuerte es importante – para poder lograr nuestros propósitos en el reino de Dios.

Estoy muy consciente de lo que Dios me ha llamado a hacer, especialmente en esta etapa nueva de nuestras vidas y ministerio en Nueva Guinea, pero en esto estoy continuamente consciente de mis fallas y debilidades y como necesito los dones de otras personas. Dios nos ha dado un equipo excelente con el cual trabajar, pero entre ellos sobresale mi esposa, porque ella es la “ayuda idónea”, o sea, no solamente alguien con talento, sino la persona exacta que necesito. Veo que cuando nuestro matrimonio es fuerte, no solamente somos bendecidos y vivimos en paz, sino también, la obra del reino avanza. Cuando nuestro matrimonio es débil, puede ser que sobrevivamos, pero la obra del reino no florece.

Una breve exhortación a ustedes – esposos. Vivan sus vidas, platiquen, aún estén en desacuerdo cuando es necesario, pero que siempre sigan adelante respetando el don que Dios les ha dado, no solamente para su propio beneficio, sino para el del reino de Dios. Que Dios les bendiga ricamente en todo.